23 septiembre 2020

Los mayores errores de comunicación en el deporte

¿Eres entrenador y quieres saber cómo te comunicas con tus deportistas? Te dejo algunas ideas partiendo de la base de los errores que se suelen dar en el deporte.

 

¡Mike pídela, estás solo en el segundo palo!

Mike sólo, el compañero Tato que no lo ve y acaba tirando fuera, y el entrenador gritando a Mike para que se la pida a su compañero. ¿Qué puede salir mal? Efectivamente, ¡¡todo!!

Estamos acostumbrados a resaltar la importancia de la comunicación en el deporte, la relación entrenador-deportista y viceversa. Sin embargo, no muchas veces nos detenemos a fijarnos en las dificultades de la comunicación, las cosas que salen mal, las barreras comunicativas y las consecuencias de no tener una comunicación adecuada.

Uno de los aspectos más importantes en este sentido, es elegir adecuadamente el receptor de nuestro mensaje, porque claro, por mucho que gritemos a Mike, no vamos a conseguir que Tato levante la cabeza para verlo sólo en el segundo palo. Porque ese es el objetivo que buscábamos, ¿no?

Por tanto, ¿a quién debemos dirigir nuestro mensaje? La respuesta es sencilla, a quien queremos aportar una información que pueda aplicar en su desarrollo. En este caso, a Tato.

¿Y qué pasa si en lugar de hacer esto, nos dirigimos a Mike? ¿Qué consecuencias tiene todo esto?

Las consecuencias son nefastas para el rendimiento del equipo. No solo no hemos resuelto bien el problema surgido (con Tato) sino que, además, hemos generado uno nuevo, el de Mike. Lo detallamos aquí:

 

  1. No conseguimos nuestro objetivo.                                                                                                                                
  2. Tato no prestará ninguna atención, por lo que o no recibe ningún feedback o, en todo caso, interpretará que su acción ha sido correcta.            
  3. Y Mike, hablando en plata, se hará la picha un lío. “¿Qué habré hecho tan mal para que me griten así? ¿Por qué me grita a mí si el que ha fallado ha sido Tato?”

 

Pues bien, ya sabemos a quién nos debemos dirigir y porqué, y hemos visto las consecuencias que puede tener no elegirlo bien. Ahora que ya hemos elegido el receptor...

 

¿Cómo tenemos que comunicarle lo que necesitamos?

Para saber cuál es el modo de hacerlo correctamente, nos vamos a detener en algunos otros errores frecuentes en la comunicación entre entrenador y deportista en momentos de competición, suele darse en muchas ocasiones el caso del entrenador que se comunica con sus deportistas durante un partido de forma vehemente, utilizando un lenguaje directivo y aportando mucha información. Analizamos este caso a continuación:

Cuando el entrenador aporta mucha información en un breve espacio de tiempo, lo que más probablemente suceda será que parte de esa información (o incluso toda) se pierda. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que es imposible escuchar, procesar, analizar e interpretar tanta cantidad de información en un espacio temporal tan reducido, más aún si tenemos en cuenta que el deportista durante la competición está sometido a unos niveles de estrés y tensión que influyen directamente en una reducción de las capacidades analíticas y de procesamiento de la información.

 

¿Y qué hacemos entonces?

La respuesta es sencilla; Pocas instrucciones, claras, concisas y directas.

 

Otro error común, suele suceder cuando el míster quiere aportar una información que, o bien no se ha ofrecido previamente durante los entrenamientos, o bien el deportista no la ha percibido.

Lo más habitual en estos casos es que el deportista queda descolocado al no saber de qué le estamos hablando en ese momento, lo que, por unos instantes, acaba significando para él una desconexión del partido. 

Será de vital importancia en este caso llevar un registro de lo trabajado durante la semana y de la información que queremos transmitir, para que no se nos quede nada en el tintero. Por otro lado, es necesario cerciorarnos de que dicha información ha sido bien entendida por parte del deportista, ha captado su esencia y el proceso comunicativo ha sido fructífero.

El último de los problemas comunicativos que nos podemos encontrar durante los partidos es el de ofrecer un mensaje no verbal opuesto al verbal.

Y es que sí, algunos ya han aprendido que un mensaje negativo a sus deportistas, no aporta ningún beneficio en su rendimiento, pero aún no han dado el paso de trabajar aspectos de autocontrol para reforzar su mensaje verbal con su actitud corporal, gesticulación y, sobre todo, ese primer “pronto” ante determinadas acciones. Y es que abrir los brazos en señal de, ¿pero qué c… has hecho? ante un fallo de un jugador, puede quitar todo el valor reforzador de un mensaje posterior del tipo “bien hecho” o “bueno, está bien”, porque, aunque digas esto al jugador, si antes ya ha visto el mensaje no verbal anterior (tu reacción inicial), entenderá e interpretará que lo que piensas realmente es lo primero y restará valor a lo segundo. ¿Realmente es este el tipo de mensaje que quieres transmitir a tus jugadores?

La comunicación es una herramienta esencial en el deporte, y más aún cuando se trata de deportes de equipo. Es muy útil manejar bien todas las cuestiones relacionadas para evitar incurrir en estos errores.

 

¿Hacemos un pequeño resumen?

  1. Elige bien el destinatario adecuado para tu mensaje

  2. Ofrece información directa y clara

  3. Asegúrate que has transmitido durante la semana todo lo necesario para el partido

  4. Acompaña tu mensaje con una comunicación no verbal acorde al mismo

 

 

En próximos post, hablaremos en detalle sobre la importancia de la comunicación no verbal.

Stay tuned!